martes, 4 de marzo de 2014

Nos quejamos de vicio


La semana pasada, uno de los concejales mejor pagados del ayuntamiento del León (cuidado, que no digo que no se lo merezca, ni mucho menos) hizo balance de las quejas presentadas por los vecinos ante el ayuntamiento (no se incluyen, por tanto, las más numerosas: esas que se emiten en la barra del bar, en la sala de espera de la consulta o en la acera de la calle, y que ahí se quedan).  En total, según nos informa el Diario de León, fueron 3.827. Un 14% más respecto al año anterior.

Que haya habido un aumento tan relevante de quejas podría deberse a que la ciudad está peor que hace un año, pero según el concejal esto no es así: aumentan las quejas porque la gente participa más, gracias a que disponen de más cauces para hacerlo. Suponemos que se refiere a la página web de inspiración bolivariana de la que disponemos los ciudadanos; el problema es que este cauce ya existía hace años. Igual que el de presentar un escrito por registro, o llamar por teléfono…en fin, que no cuela.

Abundando en el asunto, las quejas a la concejalía de Tráfico se reducen a la mitad; cabe suponer que esta área ha mejorado su funcionamiento, y en consecuencia que las restantes han empeorado, porque no creo que haya una campaña específica colectiva contra un área concreta…

¿De qué protesta más la gente que protesta?  Del asfaltado, de la iluminación, de las podas y de la limpieza.
Y eso que la ciudad iba a recibir un fregado (Cayón dixit).

Posdata: hace unos días recibí un anónimo en mi buzón (imagino que también el resto de mis vecinos). No sé quién es el autor, aunque le supongo una persona inspirada. El reverso de la tarjeta era un folleto publicitario de una armería.



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