Ya está en obras uno de los nuevos tramos de carril bici que se construirán antes de las elecciones (creo); en este caso, el que une los ríos Bernesga y Torío, y del que ya hablé en otra entrada previa: era aquél que sirvió para justificar la destrucción de una chopera de 30 años de edad. Nos prometen que plantarán un árbol autóctono por cada uno de los que se cargaron, pero atención a las especies elegidas: según la noticia de prensa, serán mayoritariamente hayas y fresnos. Nada más y nada menos que hayas, una especie de montaña, como árboles de ribera.
Por cierto, paseando por allí me he enterado de que la avenida Ingeniero Saénz de Miera -donde está Mercaleón- se llamaba antes Carrero Blanco, según consta en un armario de luz. Glups, qué tiempos aquellos en el que los callejeros estaban cubiertos de sangre fresca.
Por cierto, paseando por allí me he enterado de que la avenida Ingeniero Saénz de Miera -donde está Mercaleón- se llamaba antes Carrero Blanco, según consta en un armario de luz. Glups, qué tiempos aquellos en el que los callejeros estaban cubiertos de sangre fresca.
Pero lo que más me interesa destacar es un detalle del trazado:en este plano, extraído del Diario de León, se advierte que justo al comienzo de la senda, cerca de la Plaza de Toros, ésta cambia de orilla por una pasarela, y unos metros más adelante vuelve de nuevo a la margen izquierda.
El motivo es éste:
Diez infraviviendas, colocadas ahí desde hace un montón de años, que quedarían por encima del carril bici. El periodista Marco Romero nos cuenta aquí la intrahistoria de este asentamiento. El hecho es que las distintas corporaciones democráticas que han pasado por la ciudad han sido incapaces de solucionar este problema, y la actual, como ya denuncié en su día, sigue sin actuar.
Bienvenido el carril bici, pero no así.
pobres carriles bici, siempre a la cola...
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