sábado, 5 de diciembre de 2009

La maleza


“Maleza”: así es como llaman algunos, y por extensión determinados medios de comunicación, a la vegetación que crece en las orillas del río Bernesga a su paso por León. Maleza, como sinónimo de malas hierbas.

Este río sufrió, aguas abajo del puente de San Marcos, un proceso atroz de canalización hará unos diez años, cuando se reforzaron sus orillas con una escollera. El alcalde de entonces (que quizás algunos recuerden porque compró con dinero público gomina para su cabellera, además de otros productos imprescindibles para la gestión municipal como champagne, bombones o flores), estaba empeñado en mantener las escolleras limpias de vegetación, esa vegetación que trata de recuperar lo que es suyo. Así, periódicamente mandaba eliminar todo atisbo de vida vegetal, para que las piedras lucieran en todo su esplendor. Se veía además animado por algunas protestas de gentes que, antiguos habitantes de los pueblos de la ribera, consideran que “en el campo, sombra, la del amo”, y que la vegetación natural es sinónimo de abandono.


Las brigadas municipales en acción, niquelando las orillas

Hay que señalar que esta “maleza” incluye un amplio muestrario de casi todas las especies de ribera posibles: chopos, álamos, distintas salicáceas, fresnos, arces, olmos…además de numerosas especies arbustivas. Y acogen, evidentemente, a muchas especies de fauna.

Afortunadamente, hace unos dos años se conjugaron varios sucesos: el empeño de algunos que dimos guerra para que dejaran en paz lo que allí de manera justa crecía; la sensibilización de algunos técnicos municipales, y que el alcalde se fuera tras perder las elecciones. Ahora, a pesar de que hacen algunas cortas para que se vea el agua (¿?) y, supongo, contener las iras de unos pocos viandantes, todo tiene mejor aspecto.

En esta imagen, de hace un par de semanas, se ven las primeras nieves del año.

Tras el puente se advierte una isla cuya historia merece una entrada única, más adelante.

1 comentario:

  1. Siempre me ha flipado el empeño de algunos políticos de "deshacerse" de la vegetación de ribera. Es como si el verde que no es cesped de rotonda les diera repelús.

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