Recientemente se celebró en mi ciudad la XXIII edición del Magistral Ciudad de León, un torneo muy prestigioso en el universo del ajedrez y que suele contar con la participación de alguno de los mejores jugadores del mundo. Cuando unas pocas personas tienen un sueño y se empeñan, luchan contra viento y marea y en ocasiones acaban consiguiéndolo; así sucede con los organizadores de este evento, que ponen a León en lo más alto a pesar de los escasos recursos con los que cuentan.
A mi hijo pequeño no se le da mal este juego y disfruta con él, así que le he acompañado a algunas partidas y eventos. Uno de ellos fue una simultánea que disputó, junto a otros 26 jugadores, contra Levon Aronian, un armenio (como nuestro músico de la Condesa) de 27 años y 5º del mundo. Para los que no sepan cómo funciona esto, se trata de que en este caso Aronian compite contra 27 jugadores a la vez (hace la primera jugada en los 27 tableros, y cuando llega al primero de ellos el contrario hace su movimiento: Aronian le responde, y así hasta el final). Ahí es nada.
El hecho es que cuando estábamos allí los organizadores dicen que hay una tablero libre, ofreciéndoselo a quien quiera. Nadie se atreve, insisten y, ya que tengo que esperar, acepto el reto.
Qué tonto: no disfruto haciendo perder el tiempo a un campeón que se está enfrentando a 27 personas (¡ninguna mujer!), sin apenas tiempo para pensar (él, claro), así que abandono después de 18 movimientos y con un caballo de desventaja (y una posición penosa). Admirable lo de estos jugadores (me cuentan que hay otra modalidad de simultáneas: la denominada "a ciegas", en las que el jugador principal no ve las fichas, con lo que retiene las 27 partidas -o las que sean- en su mente).
El hecho es que cuando estábamos allí los organizadores dicen que hay una tablero libre, ofreciéndoselo a quien quiera. Nadie se atreve, insisten y, ya que tengo que esperar, acepto el reto.
Qué tonto: no disfruto haciendo perder el tiempo a un campeón que se está enfrentando a 27 personas (¡ninguna mujer!), sin apenas tiempo para pensar (él, claro), así que abandono después de 18 movimientos y con un caballo de desventaja (y una posición penosa). Admirable lo de estos jugadores (me cuentan que hay otra modalidad de simultáneas: la denominada "a ciegas", en las que el jugador principal no ve las fichas, con lo que retiene las 27 partidas -o las que sean- en su mente).
La primera jugada
¿Y ahora qué hago?
Ganó 26 partidas, e hizo tablas en otra. Impresionante.
Eres un valiente!!! Medirte con un campeón...eso sólo lo hacen los que pueden...!!! Embrida de nuevo ese caballo, sigue jugando!!
ResponderEliminarAsí me gusta, dándole jaque mate a la timidez que debe dar enfrentarse a un as del ajedrez.
ResponderEliminarhola
ResponderEliminarsoy el de ayer de abello que estuvimos hablando y me contaste lo de este blog
no sabia que le dabas al ajedrez. Lo de perder con Aronian se le supone, aunque sean en simultaneas. Es como si corres contra fernando alonso o valentiono rossi una carrera de coches o de motos y aspiras a ganar. Se trata de uno de los MEJORES (con mayuscula) del mundo, que vive de ello.
Tambien veo que has docuemntado lo del parque de abello. Yo en ese caso entiendo que el fin es bueno, nadie en su sano juicio se gasta dinero (escaso) y recursos para quedar mal, cabrear a los vecinos y causar situaciones de peligro. Lo que es ciertos es que la ejecucion está siendo al menos cuestionable. Espero (y sobre todo deseo) que al final, las farolas realcen el edificio, el cesped se regenere y nuestros hijos tengan la oportunidad de volver a jugar al futbol sin peligros, y si hay iluminacion incluso en las noches de verano. Ya veremos....
La proxima vez que coincidamos en el parque podemos echar una partida de ajedrez que a mi me gusta aunque lo tengo muy oxidado el tema