viernes, 25 de diciembre de 2009

Catálogo de horrores (II)


Otro de los monstruos de nuestra ciudad. Pertenece al primer periodo del desarrollismo contemporáneo, allá por los años 60-70, cuando los promotores inmobiliarios, con el concurso de los responsables políticos, inundaron nuestras ciudades de construcciones que degradaban notablemente la calidad de vida de los ciudadanos. Tal como ha sucedido en estos últimos años, vaya (segundo periodo).

Aunque la crisis ha frenado este proceso, me temo que, dado la nula reflexión que se ha producido entorno a este problema, es sólo un paréntesis y, dentro de un par de años asistamos a un nuevo periodo (el tercero, y quizás el último) de destrucción de nuestras ciudades, costas y montañas.


La fealdad de esta torre, que amenaza con su tamaño a los edificios circundantes -como sucede, por otra parte, en un gran número de plazas de la ciudad-, se ve incrementada por la intervención tan radical y, a la vez, respetuosa, que se ha hecho enfrente, en lo que eran unos antiguos almacenes y talleres y hoy es un centro cívico. ¡Es posible construir decentemente!


2 comentarios:

  1. Sí, menos mal que en la última década se lo están currando mejor, sobre todo los ayuntamientos, respecto a la arquitectura urbana.
    Por cierto, creo que el arquitecto que os hizo el Museo de Arte Contemporáneo de León ha recalado por Palma y está construyendo un edificio muy similar, con esas placas de colores llamativos en la fachada. A ver si me entero de qué va a ser y te lo cuento.
    Besos y enhorabuena por el blog, me encanta!

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  2. No sé si serán los mismos arquitectos, puede que sí, aunque desde que se hizo el Musac se ven por todas partes fachadas de colorines, al estilo de este edificio. No dejes de contarnos cómo va.

    Me alegro de que te guste el blog; ¡lo hago, entre otras cosas, para que disfruten mis amigos! Un beso,

    José Luis

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