lunes, 8 de febrero de 2010

Madre

Una nueva exposición en el Musac, en plena construcción (varios artistas trabajando durante un mes, ocho horas al día, permitiendo que los visitantes sigan la evolución e incluso participen en la ejecución de algunas obras).

Desde fuera, no sabes lo que te vas a encontrar: frente a ti tienes una gran grieta herméticamente cerrada, sin fisuras. Para entrar tienes que luchar contra la resistencia del aire, que te empuja fuertemente, y la tela que te aprisiona, te tira y no te deja ver. Después de unos pasos, consigues pasar.


Dentro, sólo oyes el aire que mantiene la estructura levantada. La luz y los sonidos se tamizan.


Fuera, la gente camina; algunos dudan si entrar, unos pocos se lanzan, y otros pasan de largo. Sólo son sombras.


Un nacimiento al revés.

3 comentarios:

  1. Qué maravilla. Interesante obra para tomar conciencia de uno mismo desde el espacio

    ResponderEliminar
  2. Me alegro que hayas vuelto!
    ¡Una novedosa experiencia!

    ResponderEliminar