viernes, 8 de enero de 2010

En mi primera entrada del catálogo de horrores (12 de diciembre) hablaba del edificio conocido como "la huevera" o "el ombligo" (éste de aquí abajo), y que para mi gusto era de los más feos de la ciudad.



El adefesio en cuestión se ve perjudicado, y su fealdad más resaltada si cabe, porque tiene al lado una buena muestra de arquitectura expresionista-racionalista, la casa Arriola, que data de los años 30.



Lo del ombligo, como dije, le venía por estar más alto que el del "Coño".

¿Y cuál es la casa de nombre tan sonoro y vulgar?. Antes, los antecedentes.

Nos encontramos en la plaza de Guzmán el Bueno, noble apodado de este modo porque prefirió que mataran a su hijo, secuestrado por los musulmanes, antes de entregar el castillo de Tarifa (en la imagen, el bueno de Guzmán dando su propio puñal a los pérfidos moros para que degollen inmediatamente a su descendiente).


Estos sí que eran patriotas.

Guzmán fue el padre de la Casa de Medina Sidonia, una de las más ricas de España.

La mano que sujeta el puñal apunta hacia la estación de ferrocarril, al fondo de la calle (de ahí viene la frase atribuida a Guzmán, que dice a todos aquellos que miran la ciudad sin cariño: "si no te gusta León, allí tienes la estación").

Esta estación fue construida, en su momento, relativamente lejos de la ciudad; el acceso al centro era obligado por el puente de hierro que se construyó al efecto para superar el río. Pues bien, los que accedían a la ciudad venidos de la estación se encontraban con unos edificios modestos -chalets unifamiliares, a lo sumo la casa Arriola- hasta que, por los años 40, construyeron un pedazo de edificio, de ocho plantas, ante el que los viajeros no podian más que exclamar "¡coño, vaya casa!". Y con ese nombre se quedó.


La del ombligo, obviamente, es más alta.

3 comentarios:

  1. ¡Còmo me gusta la "intra historia"...!

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  2. Me ha gustado mucho la Casa Arriola. Espero conocerla un día, y admirarla de frente mientras doy la espalda al ombligo...

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  3. Pues ya sabes dónde está, y dónde estamos.

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