martes, 22 de junio de 2010

Paréntesis

Me voy unos días de vacaciones.

Mi lugar de destino: en una de sus banderas luce un león. Adivinen.

Hasta pronto.

miércoles, 16 de junio de 2010

Simultáneas

Recientemente se celebró en mi ciudad la XXIII edición del Magistral Ciudad de León, un torneo muy prestigioso en el universo del ajedrez y que suele contar con la participación de alguno de los mejores jugadores del mundo. Cuando unas pocas personas tienen un sueño y se empeñan, luchan contra viento y marea y en ocasiones acaban consiguiéndolo; así sucede con los organizadores de este evento, que ponen a León en lo más alto a pesar de los escasos recursos con los que cuentan.

A mi hijo pequeño no se le da mal este juego y disfruta con él, así que le he acompañado a algunas partidas y eventos. Uno de ellos fue una simultánea que disputó, junto a otros 26 jugadores, contra Levon Aronian, un armenio (como nuestro músico de la Condesa) de 27 años y 5º del mundo. Para los que no sepan cómo funciona esto, se trata de que en este caso Aronian compite contra 27 jugadores a la vez (hace la primera jugada en los 27 tableros, y cuando llega al primero de ellos el contrario hace su movimiento: Aronian le responde, y así hasta el final). Ahí es nada.

El hecho es que cuando estábamos allí los organizadores dicen que hay una tablero libre, ofreciéndoselo a quien quiera. Nadie se atreve, insisten y, ya que tengo que esperar, acepto el reto.

Qué tonto: no disfruto haciendo perder el tiempo a un campeón que se está enfrentando a 27 personas (¡ninguna mujer!), sin apenas tiempo para pensar (él, claro), así que abandono después de 18 movimientos y con un caballo de desventaja (y una posición penosa). Admirable lo de estos jugadores (me cuentan que hay otra modalidad de simultáneas: la denominada "a ciegas", en las que el jugador principal no ve las fichas, con lo que retiene las 27 partidas -o las que sean- en su mente).

La primera jugada



¿Y ahora qué hago?


Ganó 26 partidas, e hizo tablas en otra. Impresionante.

domingo, 13 de junio de 2010

Disgresiones, o la ruptura entre el conocimiento y mi escritura

Un amigo que es bastante sabio (no en vano respiró el aire salutífero del raticida en periodo de máxima hormonación, y sobrevivió) me señaló con el dedo la palabra maldita: disgresión, cuando lo que yo quería decir era digresión. Qué vergüenza, qué oprobio.

Últimamente cometo un montón de errores (ya el otro día tuve que borrar una entrada en un blog amigo cuando, unas horas más tarde, vi que me había comido una h), y pensaba eso tan recurrente de "necesito unas vacaciones". ¡Menos mal que me quedan nada más que diez días para coger parte de ellas!

Disculpas a mis escasos pero muy valiosos lectores, disculpas al diccionario por las patadas recibidas.

viernes, 11 de junio de 2010

Santiago de Compostela

Es la palabra que resuena en la mente de todos los peregrinos que cruzan por León: Santiago.

Pero más allá del jaleo, la aglomeración y el ruido del Obradoiro, está la ciudad de agua, verde y piedra. Me encontré aquí de repente, de manera inesperada, cuando en medio del agobio de la gente y del caos del tráfico buscaba un atajo.



Santiago.

sábado, 5 de junio de 2010

Nuevos métodos de enseñanza

El aprendizaje es a veces árido, sobre todo cuando de lo que se trata es de conocer fundamentos prácticos en el aula. Con este motivo, el ayuntamiento de León ha puesto en marcha un programa para que los alumnos (y cualquier ciudadano, ¿porqué no? ) conozcan de primera mano los aspectos teóricos de distintas disciplinas. Eso no sería un hecho noticiable si no fuera porque, en una vuelta de tuerca innovadora y original, se ha elegido ejecutar un taller con todo lo que NO se debe hacer. Así, los estudiantes pueden ver las malas prácticas, y en el futuro elegir el recto camino.

La responsabilidad ha recaído en dos concejalías, Parques y Jardines y Obras (sección Iluminación) por su dilatada experiencia en trabajar conjuntamente y con plena coordinación. El lugar elegido: los jardines del edificio Abelló.

En este lugar se pueden ver en vivo y en directo algunas de las acciones más nefastas, "esas que nunca se le ocurriría hacer a ningún técnico con dos dedos de frente", según declaraciones a la prensa local del técnico capataz responsable del evento. A título de ejemplo, podemos contemplar las aberraciones siguientes:

Colocar las farolas pegadas a los árboles. De este modo, se molestan los dormideros y lugares de nidificación de la avifauna.


Dejar las obras sin terminar durante un largo periodo de tiempo (en este caso, llevan ya unos dos meses, y cerca de mes y medio paradas). Además, los pies de las farolas sin proteger son candidatos a herir a los niños que corren por el parque (obsérvesen los tornillos al aire).


No utilizar de nuevo la tierra vegetal para cubrir la zanja, rellenando con tierra pedregosa en la que difícilmente habrá regeneración natural (ver foto primera), mientras que se abandona la tierra vegetal al lado (ver foto siguiente).


A todas estas habría que añadir otras como trazar las zanjas junto a los árboles, dañando éstos tanto en el tronco como en las raíces (ver entrada del 14 de abril).

Consultados los vecinos, la mayoría de ellos se sienten muy orgullosos de que su parque, a pesar de las incomodidades, sirva de ejemplo para futuras generaciones de cómo no hacer las cosas; incluso algunos proponen ampliar el taller en el mismo parque, dado que existen suficientes casos prácticos en la misma zona, con temas como "abandono de las jardineras", "vallados oxidados para aumentar el tétanos entre la población infantil", "dificultar el descanso de los ancianos quitándoles los bancos y dejándoselos a la juventud del botellón", o "abundantes excrementos de perros en un parque en el que se prohíbe su entrada".