jueves, 30 de enero de 2014

Ciudadano cagón


Hace ya unos cuantos días (el 18 de enero) tomó posesión de su cargo el nuevo responsable de la policía en León (una comisaria, para más señas). En el acto de toma de posesión, al que asistieron todos los poderes públicos de la provincia, el Director General de la Policía, Ignacio Cosidó (uno de los principales defensores de las teorías conspiratorias del 11M cuando era Diputado de las Cortes),  le pidió ”máxima prudencia y la firmeza y la contundencia necesaria ante los grupos que pretenden perturbar la convivencia”, y que “haga frente con determinación a cualquier fenómeno de violencia que altere la tranquilidad de los ciudadanos”. 

Esto lo dijo en una ciudad donde es difícil recordar eventos violentos o perturbadores de la paz en las decenas de manifestaciones celebradas.

El mismo día de la toma de posesión, El País publicaba una entrevista a Francisco Martínez, Secretario de Estado de Seguridad, en la que decía que “Es habitual que en las protestas se infiltren violentos para desvirtuarlas”. A pesar de estas declaraciones, en la misma entrevista se señalaba que en el año 2012 hubo 36.798 manifestaciones, y sólo hubo altercados en 532 (la rotura de una luna ya es un altercado), el 1,44%.

En aquellos días, el Ministerio del Interior dijo que había “grupos violentos itinerantes” en Gamonal, algo que fue generosamente difundido por los medios de comunicación más conservadores (o sea, el 90% de los medios), aunque posteriormente un informe interno del mismo ministerio reconocía que no hubo ningún grupo de fuera.

Todo esto ha sucedido en el contexto de una Ley preparada por el Gobierno, de Seguridad Ciudadana, que cercena notablemente las manifestaciones de protesta, o que multa a quienes graban a los policías  en acto de servicio (grabaciones que han servido en los últimos años para evidenciar la brutalidad con la que se emplean en algunas ocasiones).

¿Cuál es el objetivo de todo esto? En mi opinión está bien claro: meter miedo. Quieren  que la ciudadanía se quede en casa, y que ejerza sus derechos como ciudadanos yendo a votar cuando corresponda, y poco más. Tienen miedo, e intentan metérnoslo a nosotros.


Van dados.

martes, 14 de enero de 2014

De la urbanidad


Sala de espera en la consulta de un ortodoncista, León. Una media de 12 personas en la sala -hay un tránsito continuo-, tanto niños (la mitad con uniforme de colegios privados) como adultos (acompañantes).

"Buenas tardes", digo al entrar en la sala, lo suficientemente alto como para que se me oiga: nadie contesta. Ellas, las señoras, leen sin excepción revistas del corazón o del hígado; de los dos acompañantes masculinos uno no lee nada y el otro un cómic con su hijo. Los niños restantes, con el móvil.

Entra una señora con una niña (no saludan); al haber sitios diseminados, el hombre (que no lee) se levanta para dejarles el sitio: " Da igual", dice la señora, sin ninguna expresión verbal  o no verbal de agradecimiento. El hombre se queda un rato azorado, de pie, y se vuelve a sentar. La señora se busca un sitio en una de las salitas adyacentes.

Como tengo para un rato decido hacer un juego sociológico: ante cada entrada de personas, saludo con energía, un "¡buenas tardes!" bien claro, y un "¡adiós!" a quien se va. Poco a poco, se oyen más saludos, y cuando me toca irme a mí la mayoría se despiden. Bueno, no está mal.

No recuerdo quién me comentaba en su día cómo a muchos de los trabajadores iberoamericanos que venían a España les llamaba la atención la falta de calidez y de educación en los encuentros cotidianos más superficiales (buenos días, gracias, por favor, pase usted...), que no dejan de ser convenciones sociales pero que sirven para engrasar y mantener en buen estado las relaciones entre los ciudadanos. A mí también, a pesar de que ya he tenido tiempo para acostumbrarme (desde que nací, de hecho). 

En la anécdota que acabo de contar, lo más penoso es que los niños estaban percibiendo eso de sus padres, y repetirán invariablemente unos comportamientos propios de zoquetes (sin ánimo de ofender).




viernes, 10 de enero de 2014

Colonia de grajas en León eliminada


En su afán por cortar y recortar, el personal de jardinería se está cargando en estos momentos un colonia de graja situada en el Paseo del Parque (la calle donde tiene la sede la Policía Local). 

La graja es un córvido que, en toda la Península Ibérica, únicamente cría en el sur de la provincia de León, por lo que podría ser considerado un emblema de esta provincia, (tanto o más que la cuna del parlamentarismo, oigan). Se juntan un montón de ellas para criar, siendo un buen espectáculo sus idas y venidas en la época de alimentación de las crías y su comunicación tan ruidosa. Debido a su aislamiento respecto al resto de la población europea, es calificada de reliquia geográfica.

En la última década su población se ha reducido en un 40%, y está incluida en el Libro Rojo de las Aves, con la categoría de "Vulnerable".

En definitiva, que los pájaros, que en estos momentos están en fase de buscar pareja y comenzar a preparar los nidos, tendrán que buscarse la vida en otro lugar gracias a las labores de estos arboricidas. Habría bastado con dejar las ramas donde se asentaban los nidos, pero ya sabemos que a esta corporación le gustan las soluciones radicales. Sensibilidad cero, como es habitual.

El ayuntamiento en acción; en los árboles no tocados (todavía) 
se pueden distinguir varios nidos de graja


martes, 7 de enero de 2014

Los alcaldes, la OJE y el pendón


Ya hablamos en su día por aquí de la OJE y su campamento (que está en Valdepiélago, aunque entonces no lo dije; un pueblecito de la montaña leonesa). Esta organización, íntimamente emparentada con la Falange, sirvió para que muchos niños disfrutaran del aire libre y el contacto con la naturaleza (además de la sana camaradería, la disciplina y la performance), creándose lazos que podríamos calificar de duraderos y entrañables. Lo típico; ¿Eres abogado?: pues me haces unos trámites a bajo precio o gratis. ¿Dispones de un restaurante?: pues nos reunimos en él a precio amigo. ¿Tienes acceso a dinero público? Pues te gastas unos eurillos en beneficio de los antiguos camaradas...

Esto último le sucedió a un antiguo alcalde de la capital, D. Mario Amilivia, cuando en el año 2006 decidió gastarse 36.000 euros, propiedad del ayuntamiento de León (de los ciudadanos leoneses), en arreglar el entorno del campamento de la OJE situado en otro municipio, el de Valdepiélago. Un juzgado acaba de condenar al ayuntamiento (a los ciudadanos leoneses) a pagar estos gastillos, porque además (evidentemente) se hizo sin expediente alguno ni procedimientos administrativos: solamente un convenio entre el alcalde y el presidente de la OJE (convenio que, al parecer nadie en al ayuntamiento actual ha visto).

A ver, yo no sé si Amilivia fue de la OJE, a lo mejor estoy patinando; ni estoy diciendo que conociera al que parece ser hermano de su íntimo concejal por aquel entonces, Saurina, que fue presidente provincial de la OJE en los años 80. El hecho es que el hombre decidió pagarse unas copas (metafóricamente hablando) a costa del erario público.

¿Reacciones? Del principal protagonista, actual presidente del Consejo Consultivo de Castilla y León (organismo garante del cumplimiento de la legalidad, menuda ironía), no sabemos nada. De la actual corporación municipal, que tiene que desembolsar nuestro dinero ahora, tampoco. De la OJE, vete tú a saber. En el PP, partido al que pertenece Amilivia, silencio sepulcral. No pasa nada.

Es obvio que alguien que se gastó dinero público en gomina para su pelambrera no tendrá muchos reparos en arreglar los jardines de un pueblo lejano con pasta que no es suya, y esperar alguna reacción (¿un expediente, una crítica pública, una admonición, un cese?) de quienes ya tienen bastante con sus sobres y sus dietas ilegales es de una ingenuidad supina. Pero uno nunca deja de soñar, y de esperar algo de ética en el manejo de los fondos públicos.

Otrosí,

De nuevo la activa "Muy Ilustre, Real e Imperial Cofradía del Milagroso Pendón de San Isidoro de León" rindió honores a esta enseña con motivo de la celebración de los Reyes Magos. Según nos informa la prensa, las damas y caballeros se turnaron en guardia y oración, "armas en pie y con lecturas sagradas", por cada uno de los reyes y reinas leonesas. Al evento se sumó nuestro alcalde, en el cuarto turno de vela.

¿Rezar por los reyes de hace mil años? Madre mía, qué dirán...¿Pero en qué mundo vive este personal? ¿No han estudiado algo de Historia para saber cómo se las gastaban estos elementos por los que rezan? Si estudiar no es lo suyo, ¿al menos no habrán visto Juego de Tronos?