Hace ya unos cuantos días (el 18 de enero) tomó posesión de su cargo el nuevo
responsable de la policía en León (una comisaria, para más señas). En el acto
de toma de posesión, al que asistieron todos los poderes públicos de la
provincia, el Director General de la Policía, Ignacio Cosidó (uno de los
principales defensores de las teorías conspiratorias del 11M cuando era
Diputado de las Cortes), le pidió
”máxima prudencia y la firmeza y la contundencia necesaria ante los grupos que
pretenden perturbar la convivencia”, y
que “haga frente con determinación a cualquier fenómeno de violencia que altere
la tranquilidad de los ciudadanos”.
Esto lo dijo en una ciudad donde es difícil
recordar eventos violentos o perturbadores de la paz en las decenas de
manifestaciones celebradas.
El mismo día de la toma de posesión, El País publicaba una
entrevista a Francisco Martínez, Secretario de Estado de Seguridad, en la que decía
que “Es habitual que en las protestas se infiltren violentos para
desvirtuarlas”. A pesar de estas declaraciones, en la misma entrevista se
señalaba que en el año 2012 hubo 36.798 manifestaciones, y sólo hubo altercados
en 532 (la rotura de una luna ya es un altercado), el 1,44%.
En aquellos días, el Ministerio del Interior dijo que había “grupos
violentos itinerantes” en Gamonal, algo que fue generosamente difundido por los
medios de comunicación más conservadores (o sea, el 90% de los medios), aunque
posteriormente un informe interno del mismo ministerio reconocía que no hubo
ningún grupo de fuera.
Todo esto ha sucedido en el contexto de una Ley preparada
por el Gobierno, de Seguridad Ciudadana, que cercena notablemente las
manifestaciones de protesta, o que multa a quienes graban a los policías en acto de servicio (grabaciones que han
servido en los últimos años para evidenciar la brutalidad con la que se emplean
en algunas ocasiones).
¿Cuál es el objetivo de todo esto? En mi opinión está bien
claro: meter miedo. Quieren que la
ciudadanía se quede en casa, y que ejerza sus derechos como ciudadanos yendo a votar
cuando corresponda, y poco más. Tienen miedo, e intentan metérnoslo a nosotros.
Van dados.