En más de una ocasión he hablado en este blog de las escuelas deportivas municipales, una actividad de éxito que el ayuntamiento está empeñado en cargarse: primero cobrando lo que antes eran gratuito -dificultando el acceso a todos los estudiantes por igual-, luego limitando el número de deportes a los que se podían apuntar, más tarde despidiendo a la mitad de los monitores, y finalmente (por ahora) subiendo notablemente las tasas y semiprivatizando los servicios.
El otro día estuve en uno de los campos donde se celebra esta actividad, que recordemos de nuevo es municipal. La foto:
Ies Eras de Renueva
El fotógrafo es malo, lo sé, pero el testimonio gráfico es real: no está oscurecida. Los niños juegan a ciegas, dado que algunos de los focos están fundidos sin que a nadie se le haya ocurrido repararlos.
Dicho esto, la imagen es generosa, porque no se ve el gran charco que cuando llueve se forma en el centro del patio, y que ocupa un tercio de la cancha de baloncesto. Los niños tienen que entrar casi nadando a recuperar los balones que se escapan de los campos aledaños.
Así hacen deporte algunos de nuestros hijos. Escuelas deportivas municipales.