Amor por los árboles

Ya llevaba demasiado tiempo (¿más de un mes?) sin hacer referencia a una de los rasgos identificativos de este ayuntamiento, el maltrato a los árboles, en diferentes versiones: sea por podas drásticas, por cortas a destiempo, por falta de reposición de ejemplares...la verdad es que hay donde elegir.

En esta ocasión hemos asistido a la tala de tres grandes chopos situados en el Paseo de Salamanca. La justificación: que estaban inclinados y eran un gran peligro para las viviendas colindantes, ya que se podían caer.

Para situarnos sobre el terreno, dejémosles hablar a ellos. El concejal Cayón: 

 «Ya llevábamos debatiendo este tema durante algún tiempo y corríamos el riesgo de que ahora que los árboles empiezan a recuperar la hoja, se produjera un vendaval o una tormenta fuerte que derribase los troncos". 

¿Vendaval? ¿Qué relación guarda con las hojas? ¿Hojas y caída del árbol? El concejal arguye que todas las decisiones las toman los técnicos, pero me da la impresión de que no se lee bien los papeles que le pasan.

El presidente de la asociación de vecinos, José Luis González, responsabilizó a los grupos ecologistas del retraso en abordar la corta. Atención a sus argumentos:

 «Yo les reté una vez a que se subieran a los árboles y que me dejaran a mí usar la motosierra, a ver si tanto aprecio tenían por la naturaleza».

Para representar al vecindario le falta ánimo conciliador y le sobra el toque energúmeno, pero supongo que es cuestión de estilos.

El hecho es que, una vez más, se ha tomado una decisión drástica, y además se ha hecho a destiempo: hubiera costado bien poco cortarlos -si es que era necesario- hace unos meses, o esperar al otoño, y no en el periodo que dan refugio y alimentación a la avifauna. Tampoco han anunciado la reposición; atendiendo a las experiencias previas cabe pensar que no se producirá.