Situada junto a la catedral desde el año 1997, cuando la plaza fue peatonalizada -nadie se imaginaría ahora la catedral rodeada de coches (excepto el nuevo alcalde de Sevilla, que se ha cargado las zonas peatonalizadas del centro)-. Es una obra en bronce fundido de Juan Carlos Uriarte, y trata de rendir homenaje a todos los que participaron en la construcción de la catedral: las manos son las de todos aquellos canteros, vidrieros y herreros de los que desconocemos el nombre, pero sin cuyo concurso no podríamos disfrutar ahora de un edificio tan hermoso.
Un acto de justicia.
Un acto de justicia.
Y además bonito.
ResponderEliminarUna aberraciçon lo de Sevilla.
Una obra única e interesante, sin duda :) Es una buena forma de recordar la labor que hicieron al construir la catedral. En parte, al vivir en el norte del país, lo desconocía por completo. Un saludo =)
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