Se cumplen en estos días los primeros cien (días) de la actual corporación, que a buen seguro se publicitará adecuadamente ya que el alcalde se encargó de que los ciudadanos evaluáramos para ese momento su gestión con un catálogo que contenía, también, cien medidas.
Si fuera periodista y tuviera que buscar un titular, y si trabajara en un medio de comunicación que no tuviera alguna servidumbre con el máximo munícipe o su partido, llamaría a este periodo "Los cien días de la revancha"; si mi director me lo mandara corregir, pondría "Los cien días del rencor".Como no soy periodista, ni trabajo en medio alguno, me puedo permitir la licencia de no poner titular, y que cada cual saque sus propias consecuencias.
En estos cien días se han hecho muchas cosas, pero las más llamativas han consistido en desmontar lo que la anterior corporación había hecho:
- Se ha quitado el parque de Pocoyó, que a juicio del equipo actual estaba en un mal lugar. Se desmontó y se colocó en otro sitio (dijeron que el coste fue de unos 22.000 euros, olvidándose de que los trabajadores municipales también cobran -y la maquinaria también consume gasoil-, y de que una buena parte de los materiales no pudieron ser reaprovechados). En sustitución, y quizás como homenaje a la semana de la movilidad, han puesto más aparcamientos para coches, eliminando además un retranqueo que hacía que estos redujeran su velocidad, por lo que ahora pueden felizmente enfilar el carril sin molestias.
- Quitaron una decena de grandes maceteros, rojos, que se habían convertido en un reclamo turístico. No les gustaba donde estaban colocados. Pero, en vez de recolocarlos, los llevaron al almacén municipal, y ha sido cierta presión popular la que ha hecho que vuelvan a ponerlos ya, aunque en lugares diferentes (según las fotos, los magnolios que estaban anteriormente se perdieron, por lo que hubo que reponerlos).
- Transformaron la calle Fernández Ladreda, en la que se había restringido notablemente el tráfico -con un carril central para uso exclusivo de vehículos de transporte público y un carril bici en un lateral-, para volver a colocar los cuatro carriles y zonas de aparcamiento. El carril bici lo pondrán (por el centro de la calle) cuando tengan dinero, dicen.
- Volvieron a poner el mercadillo dominical (El Rastro) en una calle céntrica, junto a un parque, por lo que volvemos a tener el entorno lleno de plásticos y cartones. El portavoz de los comerciantes, feliz, dijo a las pocas semanas que se habían duplicado las visitas, aunque las ventas eran las mismas (¡¡!!).
-El portavoz de la corporación, López Benito (*) trató de anular el sustancioso contrato para gestionar el saneamiento de la ciudad y su entorno (firmado por los anteriores responsables municipales, incluidos algunos del PP): se gastó unos miles de euros (no de su bolsillo, sino de todos los leoneses) en hacer estudios para tratar de encontrar resquicios con visos de ilegalidad, pero concluyeron que se había hecho bien (según publicó la prensa, López Benito tiene un amigo en una de las empresas de gestión de aguas que perdieron el concurso. Además, su mujer trabajó unos meses en la empresa adjudicataria y fue despedida, por lo que algunos lo entendieron como un ajuste de cuentas).
En definitiva, ¡una actividad frenética! (continuará)
-El portavoz de la corporación, López Benito (*) trató de anular el sustancioso contrato para gestionar el saneamiento de la ciudad y su entorno (firmado por los anteriores responsables municipales, incluidos algunos del PP): se gastó unos miles de euros (no de su bolsillo, sino de todos los leoneses) en hacer estudios para tratar de encontrar resquicios con visos de ilegalidad, pero concluyeron que se había hecho bien (según publicó la prensa, López Benito tiene un amigo en una de las empresas de gestión de aguas que perdieron el concurso. Además, su mujer trabajó unos meses en la empresa adjudicataria y fue despedida, por lo que algunos lo entendieron como un ajuste de cuentas).
En definitiva, ¡una actividad frenética! (continuará)
(*) Imborrables recuerdos de este hoy concejal, vestido -cuando aún era un imberbe- con la camisa azul y los correajes falangistas camino de La Candamia para desfilar con sus camaradas, mientras otros luchaban por consolidar la democracia...una afortunada y feliz reconversión.
Se puede decir más alto, pero no más claro.
ResponderEliminarUn saludo utópico, Irma.-
y vamos por el "uno"!!!!
ResponderEliminarEs el denominador común de las corporaciones que hantomado el poder, no nos quea ná.
ResponderEliminarLa primera vez que visito este blog y me ha sorprendido gratamente, un análisis utilizando el sentido común y la poco información no manipulada que hay en los medios(el caso gurtel en León se hace notar...).
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