El otro día me compré una yogurtera -ya saben, para hacer yogurt- en una tienda-terapia (si compras allí te sientes menos tonto. Y financias de paso a unos creativos para que sigan haciendo una publicidad de pena).
El hecho es que me compré una yogurtera, pero no sólo: también me compré esto.
Cinco bolsas de plástico, tres piezas de tamaño variable de cartón, y otras tres de poliestireno o similar.
Y
también me compré unos cientos de litros de combustible para traer este
electrodoméstico desde China, y unos cuantos litros de agua contaminada
por los procesos de producción (en China, más del 70% de los cursos de
agua están altamente contaminados). También pagué el sueldo a unos
operarios que seguramente trabajan los siete días de la semana, más de
diez horas, con unos sueldos de porquería.
Yo sólo quería una yogurtera, pero esto está organizado así. Y eso que no somos tontos.
Brillante argumentación. Poco que añadir... Salud! (y buenos yogures...)
ResponderEliminarTe podía haber prestado la mía, que tiene 25 años, cuando en China no sabían lo que era un yogur ;-);-) ;-)
ResponderEliminarCuando compres la leche podrás hacer un desglose similar de la botella.
Saludos.
Nuestras vergüenzas al desnudo.
ResponderEliminarpor fin tengo algo que decir... jejejej...
ResponderEliminarpor lo menos los chinos tienen la decencia de prohibir "operación triunfo"!!