Seguir la flecha: cualquiera que esté por León difícilmente se puede resistir a llegar hasta el final, aunque no sea andando.
Santiago de
Compostela, pues, de fin de semana y en tres apuntes.
1. Escaleras imposibles en el Museo del Pueblo Gallego.
Instalado en el antiguo convento de San Domingos de Bonaval, de estilo barroco, consiste en diferentes tramos de escaleras entrelazados que dan acceso a distintos pisos y salas. Fascinantes.
2. Taxonomía post mortem.
Intervención del artista gallego Jorge Barbi en el viejo cementerio del Monasterio de Bonaval (que forma parte de un hermosísimo parque), consistente en pintar los nichos de diferentes colores atendiendo al perfil del enterrado: creyente, escéptico, apóstata, agnóstico, converso, ateo, indeciso y suicida (los de color rosa).
3. Conviértete o arde en el infierno.
A la tumba del Apostol Santiago, una de las cunas de la cristiandad, acuden atraidos como moscas a la miel (seamos finos) otras agrupaciones, grupúsculos, sectas, congregaciones o iglesias que te aseguran la solución a todo y la salvación eterna. En este caso, se trata de la "Iglesia Cruzada Cristiana del Dios Vivo", que guarda alguna relación que no me he parado a investigar con "Testimonio Cristiano en Cada Hogar".
Así que en un parque céntrico montaron su estaribel, sacaron sus guitarras y pusiéronse a cantar; entre canción y canción, subía uno de ellos y daba un testimonio (del estilo, dicho resumidamente: ""Tengo dos noticias, una buena y otra mala. La buena es que Dios te ama. La mala es que si no le sigues hay un lugar para ti: el infierno"; o del tipo "yo era joven y dicharachera, no miraba a dios y pecaba, pero un día etc.").
Las canciones tenían un mensaje oculto para los profanos, ya que en vez de decir Cristo decían "Criso": "Ooooh Criso, tu amor es suficiente, tu amor es permanente, oh Criso...".
Lo más impresionante de esta iglesia, anaway, era la cartelería, perfectamente adaptada para llegar al pueblo llano con proclamas simples y parábolas que ni a Cristo se le hubieran ocurrido. Aconsejo aumemtar el tamaño de las fotos para leer los mensajes, porque no tienen desperdicio.
"La fe es como el wifi: es invisible pero puede conectarte a lo que necesitas (Te amo Dios)"; "El pecado es como la tarjeta de crédito (wow): disfruta, pásalo bien, pero recuerda que al final tendrás que pagar por ello". No me digan que no son unos genios.
Lamentablemente apenas conseguían concitar la atención del público: de hecho, todos los que se ven en la imagen, estratégicamente repartidos, eran los miembros de la congregasión cristiana.
Y con esto, y la foto de un peregrino brasileño (camisa amarilla) llegando a la catedral que a buen seguro pasó por León, finalizo este viaje.